Peña
╬ LA DOCTA ╬
Edición Retorno
Sábado 14 de febrero de 2009
De vuelta por Buenos Aires, “LA DOCTA” revive como el ave fénix y vuelve cantar como la chicharra después de un largo invierno. En este caso, de un largo verano.
Después de andar deambulando por las calles y peñas de Cosquín (2009), vuelve a Buenos Aires para instalarse definitivamente, hasta que la muerte los separe.
“Vuelvo al sur… como se vuelve siempre al amor, vuelvo a vos… con mi deseo, con mi temor”, como dice el tango...
Y la vuelta se dio en el barrio que Borges evocaba con música de Piazzolla, “… me acuerdo, fue en Balvanera, en una noche lejana, que alguien dejó caer el nombre, de un tal Jacinto Chiclana…”
Como si el sur comenzara en la Av. Rivadavia donde parece ser que se ingresa a un mundo más firme y más antiguo.
Y las coplas nuevas que son cantadas por los artistas populares son herederas de antiguas chanzas que también hablaban con gran precisión de la condición humana por eso es que hasta el día de hoy algunas todavía nos suenan cotidianas al oído.
“… mi nombre puede que muera,
mi copla… puede que no”
decía Machado.
Así es como en las peñas confluyen viejas y nuevas coplas…
Y nuevos copleros también con es el caso de los muchachos de “La Eulogia”. Herederos de lejanos rapsodas, cortejaban la noche a pulso de cuerdas, voces y percusión.
Amigos de conservatorio se largaron al camino con un puñado lleno de canciones propias y algunos clásicos memorables.Y la gente escuchaba atentamente, como siempre lo hace con las nuevas propuestas.
Luego hubo un intervalo…
El escenario de “LA DOCTA” empieza a convertirse en un pesebre de remozadas tradiciones, de modos de decir y de cantar…
Y un día de febrero, después de sus pasos serranos, “La Criolla Froderband” pisaba el escenario de nuevo luego de haber bebido folklore en estado líquido por tierras coscoínas.
Y trajeron nuevas canciones, y por supuesto, nuevos amigos.
Y no solamente se está innovando en la música, sino también en la danza…
Pañuelitos al aire…
Zambas para enamorar…
Se vierte y convierte la magia proporcionada por bailarines y bailarinas…
… que empuja a los musiqueros a hacer de las suyas…
Como el “Tecla” Rocatti tramando algo…
Empujando a las pistas mediante gatos que se defienden panza arriba…
Luego, el ya clásico “DJ After Peña” que siempre guarda algo bajo el poncho…
Un lugar idóneo para socializar con notables desconocidos.
La noche se iba apagando bucólicamente en el zaguán… Pero claro, ¿quién te quita lo bailado (y cantado)?
Hasta la próxima.